jueves, 27 de septiembre de 2012

Un punto en el centro del pensamiento y de los sueños.



El pasado como cascada anunciando la transparencia del presente. Una vorágine de anécdotas que se confunden con el sueño. El parteaguas de la vida consciente del inconsciente. Así comienza la vida en el presente.

Se revela en medio de la página en blanco, como un deseo inmediato, impostergable. Así funciona el cambio, de raíz. Sus rostros son claros como la luz de la luna, sus almas indiferentes. Una palabra nace en el interior y se pronuncia en tu mente.

No puede abandonar la praxis, se arrepiente de aislarse. Duda entre cuatro paredes, mira el azul del cielo y  en la noche divaga. Una bóveda profunda, confusa, charla... se impone y carece de argumentos frente a ella. Lo sabe todo, lo contempla todo y en su infinita belleza, suspira. Descifra sus destellos; pasa los días a su lado, dialogando brevemente, se descubre eterna y parpadea.

Discrimina la información en el tiempo de su mirada, aprovecha los segundos para rescatar los sonidos sensibles, las desveladas silenciosas. Y de un momento a otro se da cuenta que todo ha sido silencio, armonía y sueños.

La vida cuando es silencio, es descanso para el pensamiento. Caminan los sentidos, suspiran con el viento, responden a los anhelos. ¿Por qué no hay música en los sueños? Quizá por eso la valoramos tanto despiertos, quizá existe, pero no la he experimentado.

Cuando la ventana se abrió, corrí a mirar del otro lado, me di cuenta inmediatamente, que no había nada y tampoco retorno. ¿Por qué hay tanto ruido en la realidad? Será porque no nos detenemos todos a pensarlo.

Veo retornar el pasado, lo peor del pasado y sigo recuperando objetos de otros mundos. Organizando expediciones, naufragando en el inconsciente, a veces me detengo y recuerdo...

Había una vez un fantasma recorriendo el universo de mis pensamientos.



<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/mx/"><img alt="Licencia Creative Commons" style="border-width:0" src="http://i.creativecommons.org/l/by-nc-sa/2.5/mx/80x15.png" /></a><br />Este obra está bajo una <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/mx/">Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México</a>.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Del feminicidio.




La prostitución es la expresión más descarnada, de lo que el sistema capitalista hace con nuestros cuerpos y durante el neoliberalismo hemos sido testigos de cómo sus contradicciones se develan a la sociedad y tienen nombre, feminicidios. 

Las leyes nos dicen que somos iguales, que tenemos los mismos derechos, ¿de qué nos sirve tener derecho al voto, tener derecho a ganar el mismo salario, tener derecho a ocupar los mismo puestos, cuando esto no se refleja a diario y sí por el contrario, es clarísima la violencia cotidiana contra nuestros cuerpos? 

Esta cuestión queda absolutamente rebasada por la realidad, por la verdad. Las mujeres conseguimos el derecho al voto y la igualdad de condiciones laborales de manera combativa, organizada y con la lucha en las calles, también en otros ámbitos, pero unidas por este fin en común. 

Aunque un sector del feminismo ha sabido que estos derechos democráticos no solucionaría las diferencias de raíz en este sistema, los continuamos y continuaremos impulsando. Porque son una base fundamental para transformar a la sociedad, pero no la única. Primero se tiene que transformar el sistema. Ya que sus instituciones, sólo sirven para justificar, encubrir y aparentar un estado de respeto a nuestros derechos. Cuando la realidad no lo refleja. De igual manera luchamos por estos derechos y se los arrebatamos al estado, así hoy lo venimos haciendo; en la búsqueda de la tipificación del feminicidio.

¿Por qué decimos que la estrategia institucional y reformista no es la indicada? Porque sigue reproduciendo los crímenes contra las mujeres. Porque es caer en el juego del sistema y creer que al aplicarse una ley, todo por arte de magia se transformará, una creencia reduccionista. Porque la situación de la mujer hoy en día no sólo está estancada, camina en franco retroceso.

Hay mucha gente que no lo ve así, porque no lo sabe o porque disfrutan de ver un derecho como un privilegio, parte de esa clase que puede disfrutar plenamente de sus derechos por encima del resto.

Las socialistas siempre hemos sostenido que las reformas no emanciparán a la mujer en su totalidad, porque hace falta ir a la raíz del problema, y la raíz atacaría al sistema desde sus cimientos, desde lo económico. Este problema que hoy se expresa cruelmente en los  feminicidios, es también en parte nuestra responsabilidad como feministas, ya que algunas, las institucionales sobre todo, se han vuelto parte de una élite que nunca ha luchado por llevar igualdad al resto de las mujeres. Se creyeron una falsa idea y fueron cooptadas, porque no tienen estrategias para vencer. 

El sistema no nos ha otorgado nada gratuitamente, se ha conseguido a base de demostraciones de fuerza y lucha. Ha sabido cómo cooptar el descontento general creando instituciones de vigilancia sobre estos derechos, pero que sabe perfectamente no han de funcionar. Es sólo parte de la cooptación para la desmovilización. Hoy en día es claro que estas instituciones como todas las de los regímenes que se jactan de ser democráticos, no sirven más que para contener el descontento social y a un gran número de burócratas que viven de él y no asumen una completa convicción de descontento frente a la mentira oficial. A penas una débil critica. 

Considérese que esta lucha por el voto, ha sido conquistada muy reciententemente, en los años setentas, junto con la de los derechos civiles y otras demandas impulsadas por varios grupos. Así el atraso y así la historia de cada uno de nuestros derechos.

Se consiguieron luchando y mucha gente murió; mientras unos cayeron, otros pocos, no las mayorías, fueron capaces de disfrutarlos al cien por ciento. Pero al margen de este derecho, las mujeres y niñas seguimos constituyendo un claro ejemplo de barbarie, el más claro ejemplo de ésta, se encarna en los feminicidios (crímenes de odio contra las mujeres) éstos se agudizan imparablemente, porque ese es el fin último de este sistema económico de opresión.  La máxima expresión de su explotación.

Las mujeres, dentro de la estructura que rige el modus vivendi de una sociedad totalmente patriarcal, somos uno de los eslabones más vulnerables; la trata, los migrantes y la prostitución, son ejemplos claros de esta situación. Somos considerados mercancías, productos desechables para el consumidor capitalista. 

¿Por qué a pesar de esta situación de barbarie persiste la impunidad en la inmensa mayoría de los casos?, además de ser una cuestión que fomenta su reproducción imparable. El estado disfraza por todos los medios; ya sean sociológicos, psicológicos, antropológicos, etc. La barbarie indiscriminada de todos los días, en la que conviven nuestros derechos más democráticos, totalmente abstractos, producto de una ilusión que nos han hecho creer, pero que para nada existe y sí por el contrario, criminaliza a la mujer y lo lleva hasta sus últimas consecuencias. 

Ya sean justificando moralmente la violencia, como opinar: ‘que ellas se lo buscaron por vestirse, actuar o salir a tal hora de la noche’. Y de esta manera se incita a la violencia y al odio, pues las razones que se dan, son razones por demás justificadas de manera cultural en nuestras sociedades.  Pero nunca habla de la cuestión mercantil o económica que es una de las más importantes para que este fenómeno se comprenda y se transforme.

El punto es que la cuestión económica, la cuestión de la cosificación del cuerpo de la mujer o del hombre según sea el caso, porque dentro de las migraciones también hay hombres y la migración en este sistema también provoca el negocio de la trata. Por eso estos grupos también son parte de los más vulnerables. 
Las mujeres constituimos más de la mitad de los habitantes del planeta. Las mujeres dentro del flujo migratorio también constituimos, más en estas ultimas décadas, uno de los flujos mas importantes dentro de la migración; las mujeres, las y los niños.

La erradicación de estos crímenes no podrá venir sino es de la mano de una lucha frontal entre las clases por su disolución, una revolución. Por un cambio de sistema, el socialismo. Y ahí digamos, que social y colectivamente, en esta sociedad más igualitaria podremos seguir conquistando nuestros derechos y en la apertura de esta sociedad, luchar por crear otro tipo de relaciones personales; en las que podamos respetarnos unos a otros, en todos los ámbitos culturales, para así seguir transformando y haciendo más dinámica nuestra visión del mundo.

"Nada es permanente a excepción del cambio." Heráclito

domingo, 15 de julio de 2012

En dialogo permanente con el espejo.

De aquel partido de béisbol sólo rescato a un par de jugadores. Uno; al bat, con la mirada del marinero, siempre buscando más allá del horizonte, una tierra, un pensamiento, divagando entre fórmulas un argumento. El otro, en espera, a punto de lanzar la cuestión, confiadamente.

Este dialogo dentro del sueño, es lo único que recuerdo y el debate por supuesto. Habría que recordar que este espacio es para mí reflexión. Es un debate permanente conmigo misma, conmigo es con quien compito constantemente y compito para trascender mis ideas. Porque he llegado a algunas hipótesis.

Debatíamos sobre la palabra dogma, la cuestión religiosa que nada tiene que ver con el método. Finalmente viene también de una tergiversación, en parte sobre personajes típicos, de los cuales, algunos que siempre han leído los libros, como la gente hoy en día de academia, que no logra rebasarlos, porque no logra conquistar un criterio propio, pues se subordina a ellos y porque evidentemente pone en un altar a los autores. ¿Este sistema genera subordinación en todas sus formas?

Durante la época de restauración burguesa se reafirma y se hace evidente, el linchamiento hacia toda disidencia, la tergiversación, desaparición, tortura, hasta llegar a la muerte, tanto física como mental. Ese punto lo había abordado con un compa francés. Ése y otra serie de puntos que él había ceñido muy vagamente a la cuestión política.

¿Por qué toda la gente mezcla la cuestión política de una forma tan poco racional; a través de sentimientos, creencias, 'buenas intenciones', en una palabra subjetividades? Llamadas así, porque cada persona tiene una percepción muy particular de cada una de ellas y siendo una cuestión de percepciones, carece de un método de comprobación, de un estudio serio y formal. No estrictamente como los positivistas se planteaban esto con respecto de las ciencias naturales, si no como una comprensión de tipo social, una ciencia que también ha sido constantemente atacada por el sistema, comenzando por su desdén y/o polémicas a ser denominada ciencia. Ya que el estudio de la misma, parte de seres vivos más complejos, los seres humanos  y nunca termina, pues estamos en constante transformación, tanto interior como exteriormente. Es parte del estudio de la demencia humana.


La política es una ciencia y como ciencia, merece pensarse. Es evidente que hacer política es una cuestión innata en los seres humanos y lo es porque somos animales sociales, tenemos un raciocinio que involucramos en todo momento. El punto es hasta que punto, -valga la redundancia-, lo utilizamos para comprender un chingó de hechos histórico-político-sociales-económicos de nuestra realidad, que no es una realidad individual (una burbuja individualista) sino social, enorme y compleja. 


Existe más valor en las clases trabajadoras, las más precarizadas, las mujeres, todos los que vivimos un ataque más frontal y evidente, todos los días. Porque no todo se enseña en la escuela, la vida miserable de subordinación e insubordinación que conlleva la muerte, nos hace estar en un estado permanente de combate con la realidad. Es por eso que nosotros no tenemos nada que perder, excepto nuestras cadenas, como diría Marx. La conciencia se forja en las luchas y no hay mejor lección de lucha que la vida en las calles, en la lucha a diaria por sobrevivir. 


Creo que los que temen a una revolución y tratan de tergiversarla, porque ésta es violenta, son los que temen perder sus privilegios. Son seres que han sido domesticados, subordinados a la academia, al conocimiento, a ensalzar mesianicamente a alguien, en fin, gente que goza de ciertos privilegios que no son derechos, porque estos siguen en pugna, pues el capitalismo es un voraz egoísta que no da nada, sólo miseria, decadencia, muerte... y el día que cumple con un derecho, se vanagloria y siente que nos esta regalando algo, cuando esto se ha conquistado a base de luchas, a base de sangre y fuego. 


La gente con prejuicios y doble moral, es la que ha creado el capitalismo con su doble moral y su doble discurso. Gente que se somete a todos y a todo. Pero sobre todo a su bienestar, a sus privilegios de clase.